Descubre Villarrasa
Villarrasa limita al norte, este y oeste con el municipio de Niebla y al sur con las localidades de Rociana del Condado y Bollullos Par del Condado. Cuenta con un fácil acceso a la autopista A-49 “Autopista del Quinto Centenario”.
Su situación geográfica ha favorecido la instalación de importantes empresas como la Planta de Reciclaje y Compostaje y Frutaria S.L., especializada en frutales de hueso en régimen de regadío como cítricos, melocotoneros, ciruelas, kiwis y perales que diversifican la tradicional agricultura local y emplean a un 50 % de la población. El resto de la población se emplea en la industria y el sector terciario.
Cruce de caminos y lugar de encuentro, esta localidad teñida por las rojizas aguas de Río Tinto ofrece al visitante extensas plantaciones de trigales, vides y olivares, cuyos frutos contribuyen a formar parte de su rica y destacada gastronomía, la cual se puede degustar en los afamados bares y mesones que encontramos en ella.
Sus amplias calles y plazas ajardinadas engranan a la perfección con su caserío repleto de ornamentadas fachadas blancas y balcones que conservan el estilo tradicional haciendo que pasear por su calzada se convierta en toda una experiencia sensorial.
El río Tinto destaca entre sus paisajes, cuyas riveras a su paso por Villarrasa albergan los restos de seis antiguos molinos harineros en su término con referencias históricas desde la época medieval, muchos de los cuales se pueden visitar a lo largo de la “Ruta del Contrabando”, la cual encierra paisajes de ensueño.

El histórico y dilatado pasado de Villarrasa ha erigido a nuestro pueblo lugar de encuentro desde hace siglos conviviendo en nuestro municipio poblaciones cartagineses, romanos, visigodos y musulmanes que han dejado su huella en un rico patrimonio que hoy en día es bandera de la localidad. Destacan monumentos como la Iglesia Parroquial San Vicente Mártir, que atesora un rico ajuar de orfebrería e imaginería de diferentes épocas, la Ermita de las Angustias, declarada bien de interés cultural en 1985, la Ermita de San Roque y la Ermita de Nuestra Señora de los Remedios, epicentro de la vida religiosa de la localidad que alberga en su interior la imagen de la Patrona de Villarrasa. Otros lugares de interés son la capilla de la Santa Cruz del Campo y la capilla de la Santa Cruz de Arriba, edificios históricos en torno a cuyas titulares se celebran una de las fiestas más importante del municipio con especial relevancia histórica, cultural y turística tanto para los vecinos y vecinas de esta localidad como para los numerosos visitantes que en estos días se acercan para compartir las diversas celebraciones llevadas a cabo con los villarraseros y villarraseras.
Sobran los motivos para visitar esta localidad donde es posible caminar por senderos, rutas y ciclosenderos de interés turístico; recorrer sus calles y disfrutar de multitud de monumentos y lugares de interés; sentir cómo se para el tiempo en cualquiera de sus parajes y entornos naturales y contemplar el patrimonio industrial que esta localidad posee en el curso del río Tinto a su paso por ella.
Historia
Los primeros vestigios humanos hallados en esta población datan del calcolítico. De esta época procede el yacimiento de “La Alquería”, constituido por un sepulcro en galería cubierta.
Queda unido el devenir histórico de lo que hoy es Villarrasa a la Ilipla romana, la Elepla visigoda, la Lebla musulmana y la Niebla de los Guzmanes.
Los romanos dejaron sus huellas en la zona denominada “El Cortijo” donde han sido hallados restos de esta época, como una columna de mármol que se conserva en el Museo Arqueológico Provincial.
Durante la dominación musulmana el territorio de Villarrasa perteneció a la Cora de Niebla, sirviendo de baluarte defensivo de Niebla. Villarrasa sale de la órbita Islámica cuando el reino musulmán de Aben Mafot y su capital, Niebla, sucumbe ante las tropas de Alfonso X en el año 1.262.
A partir de entonces, cuando se crea el Condado de Niebla en 1.369, Villarrasa se define como una aldea o lugar dentro de la jurisdicción de Niebla.
Es precisamente este municipio uno de los pueblos que inicia el primer movimiento separatista contra la capitalidad y privilegios de Niebla al iniciarse el siglo XVII. En el año 1.602, los vecinos acuerdan y adoptan una actitud de desobediencia civil contra la justicia de Niebla, pero permanecería bajo el dominio de ésta hasta el año 1.813, en que consiguió su independencia municipal y la obtención de título de Villa otorgado por las cortes constitucionales de Cádiz que aprueban la ley de Señoríos, que acabará con el régimen jurídico del que será llamado “Antiguo Régimen”.
Villarrasa conserva el encanto de todos los pequeños pueblos con su propia idiosincrasia, con particularidades y con su singularidad en muchos aspectos, conservando el sabor de antaño en tradiciones que siguen rigiendo el vivir de cada día.
Aún persisten las tradicionales formas de cultivo de pequeños propietarios que se conjugan con grande explotaciones que han implantado nuevo cultivos y por tanto nuevas formas de explotación, y ha marcado con su transformación la evolución del resto de los aspectos de la vida del municipio.